Todos los aspectos antes desarrollados deberán enfocarse dentro de una Planificación y Dirección Estratégica que sirva de guía como de inspiración. Sólo la existencia de estrategias claras y precisas permitirá la participación de todo el personal, como el éxito de las diversas implementaciones que se realicen.
Saber donde se está, con que medios se cuenta, cuales son las fortalezas como las debilidades, reconocer a tiempo las oportunidades como las amenazas, fijar las posibilidades y determinar claramente donde se pretende llegar, facilitará la planificación de estrategias destinadas a conducir a la organización de su posición actual a la fijada como objetivo. Reconocer en que negocio se está, cuáles son los clientes, que productos y servicios se ofrecen, y cómo se generan y ofrecen los mismos, constituyen las preguntas claves a las cuales deben responder los directivos. Responder a ellas implicará lograr un mejor enfoque, lo cual llevará a utilizar más eficaz y eficientemente los recursos.
Aún hoy la mayoría de las empresas no ha desarrollado la Planificación y Administración Estratégica. Ello es aún más cierto en los bancos sudamericanos, sirviendo ello en muchos casos de explicación al colapso sufrido por éstos en los últimos tiempos. Una total falta de previsión y planes de contingencia engullo a éstos ante los temblores y corridas en los mercados internacionales.
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