En el desarrollo del presente trabajo, tendremos la oportunidad de pasear por tópicos de interés, a los efectos de la toma de decisiones del gerente actual; cito: Contabilidad, Finanzas, Planificación Financiera, Costos y Control de Gestión. Todos estos temas son de importancia suprema en el proceso de evaluación de cualquier organización. Cabe destacar, que todo lo que pasa en cualquier departamento y/o unidad de una organización posee dimensión contable y financiera.
Del mismo modo que toda la empresa contribuye a que se venda más, todos pueden contribuir a que las finanzas de las empresas sean más prosperas. Sin duda, el aspecto económico – contable es el reflejo de cada una de los movimientos de la empresa, es la expresión y huella de los planes, que posee su espejo en la contabilidad, actuación y comportamiento de las organizaciones.
Existen aspectos que se derivan de los aspectos contables que tienen su resonancia en las empresas (pequeñas, medianas y grandes).
En efecto, existen multitud de pequeñas empresas que no manejan ninguna clase de organización financiera, porque no saben cómo se realizan y, por tanto, no creen en su utilidad, hasta medianas o grandes empresas que, por su escasa planificación, reproducen la realidad de los ejercicios recién acabados con variantes de escaso vuelo.
El mayor esfuerzo de racionalización y adecuado empleo de los procesos de planificación y estrategia financiera que se ha hecho, en Ibero América, se hace especialmente en España, desde las escuelas privadas de administración de empresas, profesores-consultores o despachos de consultoría con fuertes vinculaciones a las escuelas privadas de negocios. Esto con el firme objetivo de adecuarse a los nuevos tiempos, punto importante para la toma de decisiones del gerente contemporáneo –formación académica-.
La necesidad de control es mayor tanto a medida que las empresas se enfrentan a unas condiciones de creciente competencia producto del proceso globalizador, como cuando tienen un mayor grado de descentralización. En este caso, dado que existe una mayor autonomía y discrecionalidad, es necesario asegurar que su actuación sea coherente con los objetivos de la empresa.
Un sistema de control permite evaluar la contribución económica de las diferentes actividades que realiza la empresa y, por tanto, facilitar el proceso de decisión que posibilite la mejora de dicha contribución. El sistema de control es un sistema de información para la media y alta dirección que, a través de la realización del proceso contable, suministra información económica relevante para la gestión. Su utilización, por consiguiente, puede contribuir notablemente a facilitar y mejorar las decisiones empresariales. Igualmente, puede contribuir a facilitar el proceso de control a través de la elaboración y confección del presupuesto (proceso de planificación) y del cálculo y análisis de las desviaciones (proceso de evaluación).
También requiere la formulación de objetivos explícitos que se cuantifiquen en términos monetarios en forma de presupuestos. Un sistema de control se compone de la estructura del sistema y de su proceso de ejecución. En función de estos aspectos la estructura de control debe comprender, a su vez, el sistema de indicadores de control (financieros y no financieros), el sistema de información que mide los indicadores anteriores y el sistema de incentivos.
Todo va a depender de la capacidad de seguimiento y control sobre las variables de la organización. Según las características de cada unidad será necesario determinar diferentes indicadores financieros y no financieros, así como diseñar aquella cuenta de resultados que permita medir tanto la contribución de cada unidad a la rentabilidad de la empresa como a la actuación de su responsable sobre las variables que están bajo su control .
Es necesario que en la realización del proceso de control se disponga tanto de información financiera como, especialmente, de no financiera, cuantitativa y cualitativa, interna y externa.
Del mismo modo que toda la empresa contribuye a que se venda más, todos pueden contribuir a que las finanzas de las empresas sean más prosperas. Sin duda, el aspecto económico – contable es el reflejo de cada una de los movimientos de la empresa, es la expresión y huella de los planes, que posee su espejo en la contabilidad, actuación y comportamiento de las organizaciones.
Existen aspectos que se derivan de los aspectos contables que tienen su resonancia en las empresas (pequeñas, medianas y grandes).
En efecto, existen multitud de pequeñas empresas que no manejan ninguna clase de organización financiera, porque no saben cómo se realizan y, por tanto, no creen en su utilidad, hasta medianas o grandes empresas que, por su escasa planificación, reproducen la realidad de los ejercicios recién acabados con variantes de escaso vuelo.
El mayor esfuerzo de racionalización y adecuado empleo de los procesos de planificación y estrategia financiera que se ha hecho, en Ibero América, se hace especialmente en España, desde las escuelas privadas de administración de empresas, profesores-consultores o despachos de consultoría con fuertes vinculaciones a las escuelas privadas de negocios. Esto con el firme objetivo de adecuarse a los nuevos tiempos, punto importante para la toma de decisiones del gerente contemporáneo –formación académica-.
La necesidad de control es mayor tanto a medida que las empresas se enfrentan a unas condiciones de creciente competencia producto del proceso globalizador, como cuando tienen un mayor grado de descentralización. En este caso, dado que existe una mayor autonomía y discrecionalidad, es necesario asegurar que su actuación sea coherente con los objetivos de la empresa.
Un sistema de control permite evaluar la contribución económica de las diferentes actividades que realiza la empresa y, por tanto, facilitar el proceso de decisión que posibilite la mejora de dicha contribución. El sistema de control es un sistema de información para la media y alta dirección que, a través de la realización del proceso contable, suministra información económica relevante para la gestión. Su utilización, por consiguiente, puede contribuir notablemente a facilitar y mejorar las decisiones empresariales. Igualmente, puede contribuir a facilitar el proceso de control a través de la elaboración y confección del presupuesto (proceso de planificación) y del cálculo y análisis de las desviaciones (proceso de evaluación).
También requiere la formulación de objetivos explícitos que se cuantifiquen en términos monetarios en forma de presupuestos. Un sistema de control se compone de la estructura del sistema y de su proceso de ejecución. En función de estos aspectos la estructura de control debe comprender, a su vez, el sistema de indicadores de control (financieros y no financieros), el sistema de información que mide los indicadores anteriores y el sistema de incentivos.
Todo va a depender de la capacidad de seguimiento y control sobre las variables de la organización. Según las características de cada unidad será necesario determinar diferentes indicadores financieros y no financieros, así como diseñar aquella cuenta de resultados que permita medir tanto la contribución de cada unidad a la rentabilidad de la empresa como a la actuación de su responsable sobre las variables que están bajo su control .
Es necesario que en la realización del proceso de control se disponga tanto de información financiera como, especialmente, de no financiera, cuantitativa y cualitativa, interna y externa.
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