sábado, 12 de mayo de 2012
El cero demora.
Trátese tanto del tiempo
necesario para el cambio de una herramienta, de una máquina, como de una demora
de aprovisionamiento o de pago, del retraso en el correo o en la aplicación de
las decisiones, todas esas demoras, al igual que las averías, son generadoras
de “trabajos en curso” de todo tipo e inmovilizan y esterilizan recursos que
pasan a engrosar la “empresa fantasma”. El análisis crítico de dichas demoras
puede permitir mejorar sustancialmente la eficacia de la empresa.
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