La parte orientadora de la acción está relacionada con la utilización por el hombre del conjunto de condiciones concretas, necesarias para el cumplimiento de la acción dada, la parte ejecutora asegura las transformaciones dadas en el objeto de acción y la de control está dirigida a seguir la marcha de la acción, a confrontar los resultados obtenidos con los modelos dados. Con su ayuda se hace la corrección necesaria tanto en la parte orientadora como en la ejecutora de la acción.
La actividad docente como forma organizada de la actividad cognoscitiva puede analizarse teniendo en cuenta tres momentos o etapas: la tarea docente, las acciones docentes, y las acciones de control o valoración.
1. La tarea docente: Tiene carácter motivacional – Se caracteriza por el planteamiento de una tarea que lleva al alumno a comprender que existe algo que no sabe, algo para lo cual él no tiene respuesta, debe crear en los alumnos la necesidad de conocer, servir de motivo para el estudio.
2. Las acciones docentes: Tienen carácter ejecutivo – En ella se adquieren los conocimientos y se asimilan los métodos y procedimientos de trabajo, con lo que se favorece, además, el desarrollo intelectual de los alumnos, de lo que se trata es de enseñar a los alumnos además de los conocimientos básicos necesarios, los métodos para la obtención de los conocimientos por sí mismos.
3. Las acciones de control o valoración: Comprende la regulación del proceso y el análisis de los resultados. En esta etapa se forman las acciones de control y autocontrol, de valoración y autoevaluación del proceso del trabajo docente y de sus resultados. Al inicio, el control lo hace el maestro, pero, de modo gradual, el alumno comienza a participar independientemente en el logro de la calidad de sus acciones y de los resultados que alcanza.
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