Con el desarrollo de este
trabajo hemos intentado aproximarnos a algunas de las posibilidades que
actualmente nos ofrece la tecnología multimedia con relación a la atención a la
diversidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Un interesante y valioso
recurso didáctico que combina las posibilidades educativas de diferentes
canales de comunicación interrelacionados y sus múltiples ventajas, respecto al
modelo tradicional de enseñanza. A pesar de todo, no debemos caer en falsas
afirmaciones totalizadoras. Ya nos lo recuerda Barajas y otros (1994: 23)
cuando cometan que "la tecnología multimedia es el último mito
tecnológico con el que algunos quieren de un plumazo mejorar la calidad de la
enseñanza, cuando no resolver por arte de magia los problemas de motivación que
encuentran en las clases".
La evidencia de los hechos demuestra que
las nuevas tecnologías, en general, no han terminado de encontrar su sitio en
las programaciones educativas escolares porque generan una sensación de
distanciamiento respecto de los objetivos que nos proponemos y la forma de
llegar a ellos.
Todo ello, está provocando que se estén desestimando nuevas
oportunidades de plantear y enriquecer la enseñanza escolar, en concordia con
las posibilidades y exigencias actuales. Es preciso acceder a un uso más
inteligente de la tecnología multimedia adaptándola a las distintas
posibilidades de los estudiantes, de forma que éstos puedan comunicarse mejor y
accedan a los conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para
desenvolverse autónoma y críticamente en la sociedad de la información. Ante
esta realidad, el reto que se le plantea tanto a la escuela como a los
profesionales de la educación especial puede radicar en la capacidad de diseñar
y ofrecer desde los entornos más normalizados, diversos tipos de materiales
educativos, multimedia o no, adaptados a las necesidades educativas de todos
los "habitantes" de la comunidad educativa.
Para ello, se deberá
partir del mismo currículo y, aprovechando su flexibilidad, diseñar situaciones
y procesos de enseñanza y aprendizaje a través de los cuales se vaya
incorporando y normalizando el uso de los avances tecnológicos, como
instrumentos didácticos que puedan ayudarnos a considerar de manera integrada la
diversidad de elementos curriculares. En este sentido, resultaría adecuado que
se potenciara un uso de la tecnología multimedia adaptada a las personas con
necesidades educativas especiales para que éstas puedan comunicarse mejor y
alcanzar los conocimientos, destrezas y actitudes necesarios para desenvolverse
en la sociedad actual. De este modo, se contribuirá a potenciar el desarrollo
de su propia autonomía personal y espíritu crítico ante los medios, además de
participar como protagonistas en la construcción de su propio proyecto futuro
de vida. Porque ya no basta con saber sino que también es necesario un saber
relacionado con una sociedad cada vez más compleja e interdependiente, que
requiere ciudadanos con viva inquietud creativa e innovadora, con espíritu
crítico, reflexivo y participativo. Todo lo que no sea caminar por este sendero
tenderá, en última instancia, a desvanecer e incluso apagar la llama que debe
iluminar la atención de la diversidad en el ámbito escolar.
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