En
palabras de Bartolomé (1999: 111), los sistemas
multimedia están basados generalmente en ordenadores que permiten la fusión
de todo tipo de recursos
audiovisuales (imágenes,
texto,
sonido,
vídeo y animaciones), con un elevado grado de participación del usuario en lo
que se denomina interactividad. Como características más significativas, la
tecnología se caracteriza por cuatro aspectos fundamentales que definen las
posibilidades de este recurso durante el proceso
de formación (Gallego y Alonso, 1995):
·
Interactividad. Hablamos de una de las
características educativas más potenciadas con los recursos multimedia, ya que
permite al usuario buscar información,
tomar decisiones y responder a las distintas propuestas que la aplicación le
ofrece, es decir, conducir su propio aprendizaje.
·
Ramificación, referida a la capacidad de
los multimedia para responder a las preguntas del usuario seleccionando los
datos requeridos y prescindiendo del resto de datos.
·
Transparencia. El material didáctico
multimedia debe ser tan "transparente" como sea posible para
facilitar la utilización de la información disponible de manera sencilla y
rápida, sin que haga falta dedicar mucho tiempo para conocer cómo funciona el
sistema.
·
Navegación. Una de las características
más conocidas de los sistemas multimedia es que permiten moverse sobre los
diferentes núcleos informativos, evitando la desorientación y haciendo que la
"jornada" sea grata y eficaz al mismo tiempo (Heras, 1991).
Las
aplicaciones multimedia no resultan, exclusivamente, de la mera conjunción de
diferentes medios entre sí, sino que permiten ir más allá, combinando las
diferentes posibilidades educativas de los medios e interrelacionándolos
significativamente. El diseño de cualquier material didáctico puede favorecer
algunos de los siguientes aspectos (Sánchez, 1996):
Presenta la información a través de distintos
canales sensoriales simultáneamente, para hacerla más atractiva y motivadora y
que no exija, como en el caso de la lectura de cualquier texto, el esfuerzo de
concentración de un solo sentido durante la asimilación de conceptos, evitando
la minimización de los estímulos recibidos por los otros sentidos. De este
modo, podemos convertir lo tedioso y aburrido en ameno, reforzando el proceso
de aprendizaje ya que las cosas que son agradables y entretenidas se recuerdan
mucho mejor
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