Si
esto sucede con personas bien intencionadas, productivas y predispuestas al
cambio, seguramente fuerzas poderosas y que operan bajo su nivel de conciencia
y percepción deben actuar para generar inefectividad en el manejo del tiempo.
Por lo que es preciso conocer las variables que debemos manejar para enfrentar
con éxito cualquier proceso de cambio. En primer lugar, es preciso asumir que
como personas nos encontramos atravesando una situación dada, referida a
nuestra propia experiencia personal y que esa situación nos genera un nivel de
insatisfacción que ya no nos resulta aceptable. Llamaremos a esta primer
variable Consciencia.
El
otro aspecto, es nuestro grado de dominio percibido sobre disciplinas o saberes
que nos permitan superar de manera satisfactoria esa situación dada. Llamaremos
a esta segunda variable Competencia.
De
la interrelación de estas 2 variables, podemos establecer 4 fases del ciclo de
cambio que bien manejados y en forma progresiva, pueden ampliar nuestra
capacidad de acción.
Al
primero de ellos lo llamaremos Ceguera, se caracteriza por combinar el
mínimo nivel de conciencia y de competencia respectiva. En este estadio ni
siquiera somos capaces de percibir ningún problema y por lo tanto tampoco
podemos aportar soluciones: No sé, qué no sé es el enunciado que
caracteriza a este primer estadio. A menudo es la mirada de un observador
diferente de nosotros el que nos ayuda a reconocer y atravesar esta fase, hacia
una evolución en nuestro nivel de conciencia. En otras oportunidades es la
recurrencia de haber pasado por repetidas situaciones de frustración la que
puede llevarnos a indagar acerca de lo que nos pasa y porque nos pasa.
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