Son muchos los tipos de interés a los que podríamos
prestar atención, pero si hay que escoger dos que tienen especial influencia en
el comportamiento bursátil, estos serían, por orden de importancia, la tir
(tasa interna de retorno) del bono a largo plazo, pues es un reflejo de la
media de expectativas de tipos a los que se van a descontar los flujos en los
próximos años, y el tipo de intervención, la expresión más clara de la política
monetaria futura del banco central.
Finalmente, deberemos tener en cuenta que los tipos de
interés que vemos en los mercados son tipos de interés nominales, o lo que es
lo mismo, los tipos resultantes de sumar las expectativas de inflación a la
proyección de tipos de interés reales. Para entender la diferencia entre
"nominal" y "real" basta con pensar en una inversión que
rindiese un 10% nominal en un año (los 100 euros invertidos hoy serían 110 al
cabo del año.) Si la inflación es 5%, para comprar dentro de un año lo que hoy
podemos adquirir por 100 euros necesitaremos 105 euros. Así pues, de los 10
euros adicionales de los que disponemos en un año (rentabilidad nominal), sólo
5 son ganancias verdaderas (rentabilidad real); los otros 5 compensan la subida
de precios anual. Normalmente, el elemento más volátil en la composición de los
tipos de interés nominales es la inflación. El tipo de interés real varía
puntualmente y es expresión de la voluntad restrictiva o acomodaticia de las
autoridades monetarias, por lo que se tiende a utilizar una media histórica que
simplifica el análisis.
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