Hay
dos tipos de aproximación al análisis fundamental.
La primera de ellas pone énfasis en los elementos
macroeconómicos que afectan a la acción, por lo que aborda el problema de la
valoración desde lo general a lo particular; de ahí su nombre: "top-down"
(de arriba a abajo). Es fácil deducir que la segunda, sin embargo, adopta el
punto de vista opuesto, fijándose en aquellos aspectos inherentes a la propia
empresa que pueden influenciar la valoración. En efecto, es el análisis "bottom-up"
(de abajo a arriba).
·
Los apóstoles del "top-down"
defienden que, a fin de cuentas, el mercado bursátil no es sino un reflejo del
pulso económico global y que es evidente que si la economía crece, crecerá el
beneficio de las empresas, lo cual tendrá reflejo inmediato en las
cotizaciones. También postulan que un análisis pormenorizado de cada empresa
resulta caro (basta un analista macroeconómico frente a la usual estructura de
un analista por sector) y básicamente estéril, pues muy buenas tienen que ser
las características particulares de una empresa como para substraerse a la
dirección general del mercado.
·
Por su lado, los partidarios del "bottom-up"
consideran que el coste suplementario del análisis microeconómico está
perfectamente justificado, ya que es en la identificación de los elementos de
fortaleza y debilidad de cada acción donde está el valor añadido.
¿Qué aproximación está más justificada? Ambas lo están.
Veamos por qué.
Una acción puede tratarse como otro instrumento
financiero cualquiera. Eso quiere decir que no pagaríamos por él más de el
valor actualizado de los rendimientos futuros (si hay algún lector al que le
resulta difícil la comprensión del sentido de esta frase, le recomendamos que
siga el Curso Básico de Matemáticas Financieras). Así pues, deberemos calibrar
correctamente las variables que afecten a los resultados futuros de la empresa,
por un lado, y las que determinen el tipo de interés al que descontamos al
presente esos beneficios futuros, por otra. Las primeras tienen que ver sobre
todo con la fortaleza estructural y estratégica de la empresa, las
especificidades del sector en el que se mueve y las perspectivas de crecimiento
de la economía global; las segundas con las expectativas de inflación y la
prima de riesgo correspondiente a la empresa.
Vemos que, como de costumbre, la virtud está en el medio,
y que es temerario prescindir de elementos de juicio que aportan valor analítico.
Trataremos, pues, de cubrir las nociones básicas de ambas aproximaciones, y
quedará al arbitrio del lector el inclinarse hacia una u otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario