Lo primero que haremos será observar estas partidas para
sacar una primera impresión de las características del banco. Así, esta
estructura nos va a permitir saber si un banco tiene una base de depósitos
sólida, si confía sobremanera en los resultados financieros de una gran cartera
de valores, si tiene participaciones industriales importantes, qué sensibilidad
a la curva de tipos de interés tiene, etc.
Los siguientes pasos comprenderán el uso sistemático de
ratios contables para profundizar en esa impresión, centrándose
fundamentalmente en medidas de:
·
Rentabilidad: Para tener
una idea de cuán rentable es el banco, nos fijaremos en dos ratios
fundamentales, el ROE (return on equity, rentabilidad sobre recursos propios) y
ROA(return on assets, rentabilidad sobre activos):
ROE = Beneficio neto / Recursos
propios
ROA = Beneficio neto / Activo
·
Riesgo: En el
negocio bancario, el riesgo fundamental en el que se incurre para lograr la
rentabilidad deseada es la posibilidad de que los créditos concedidos no sean
devueltos. Por lo tanto, un ratio importante es la tasa de morosidad:
Tasa de morosidad = Riesgo dudoso / Inversión crediticia
Este ratio nos dará el grado en el que la morosidad es un
problema para el banco en cuestión. Los principios contables obligan a
provisionar (guardar dinero para cubrir la eventualidad) un fondo de
insolvencia en cuanto se empiece a dudar sobre la recuperación de un préstamo
concedido. Cuanto mayor sea el montante provisionado, menor será el riesgo de
un quebranto económico como consecuencia de la no recuperación de créditos.
Esto hace que tengamos que completar el análisis de riesgo con el ratio de
cobertura
Cobertura = Fondo de insolvencia /
activos dudosos
·
Eficiencia: Por último,
convendrá tener una idea del grado de eficacia con el que el banco utiliza sus
recursos, utilizando el CIR (cost to income ratio, ratio de eficiencia)
CIR = Gastos generales / Margen
ordinario
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