A febrero de 1999, el Estado ha hecho un esfuerzo
desregulador en las actividades de generación, mediante un mecanismo de
subastas; no así en las de distribución, que siguen reguladas. Así pues, el
perfil de riesgo de una empresa cuyos beneficios dependan más de la generación,
sometidos a una mayor incertidumbre, que de la distribución será más marcado
que el de la empresa que se encuentre en la situación inversa. Lo que haremos
será descontar los ingresos por categorías empleando tasas acordes al riesgo
inherente a cada una de ellas. En los ingresos procedentes de actividades de
diversificación, utilizaremos el valor de mercado de las participaciones
correspondientes. La suma de esas valoraciones parciales nos dará el valor de
la compañía en su conjunto.
Complementaremos este análisis con un estudio comparativo
basado en ratios. A los tradicionales PER, PCF, precio sobre valor contable o
rentabilidad por dividendo, añadiremos ratios más oscuros como el valor de
negocio sobre cash flow operativo (beneficio neto + intereses + impuestos +
amortizaciones). Este ratio nos permite evitar la distorsión contable de la
incorporación de los negocios que todavía no contribuyen al resultado, como
ocurre en actividades de diversificación o inversiones en el exterior. El
estudio comparativo se hará no sólo entre las empresas domésticas sino en
relación a otras empresas similares en otros ámbitos geográficos.
En términos generales, el sector eléctrico ha sido
considerado como inversión defensiva, pues el nivel de endeudamiento, la
relativa previsibilidad de ingresos y la atractiva rentabilidad por dividendo
hacen que su cotización dependa fundamentalmente de los tipos de interés.
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