Como
se ha visto hasta el momento, si se determinan los costos de calidad puede
trazarse una estrategia
para reducirlos, por tanto; como plantean Dale & Plunkett [1993] la
idea equivocada de que la calidad es más costosa viene por no medir el costo de
la calidad y, si no se mide, no se puede controlar.
La
medición de costos de calidad permite centrar la atención en asuntos en los que
se gastan grandes cantidades, y detectar las oportunidades que en potencia
podrían ayudar a reducir gastos. Facilita medir el desempeño y constituye una
base para la comparación interna entre productos, servicios, procesos,
departamentos y externa con la competencia; además ayuda a los directivos a
justificar cualquier posible mejoramiento de la calidad.
En
la mayoría de las empresas no se tiene idea de cuánto se gasta en planear y
controlar la calidad. Algunas de ellas que han medido estos costos encuentran
que están entre un 10-20% de las ventas. Omachonu & Ross [1995] afirma
que de acuerdo a estimaciones realizadas los costos de calidad en las firmas de
EUA ascienden al 25% de sus utilidades con relación a los principales
competidores del mundo: Japón, donde la cifra homóloga no llega ni al 5%. En
virtud de esto una reducción del costo de calidad puede conducir a una mejora
significativa de las utilidades.
Dentro
de las principales aplicaciones de los costos de calidad mencionadas por Feigenbaum
[1971, 1994] están:
§
Como instrumento de medida ya que desde el
momento en que el costo de la calidad ha sido fraccionado en segmentos, el gerente
de calidad puede obtener de la manera más fácil una estimación en pesos para
cualquiera de las actividades.
§
Como medio de análisis de la calidad del
proceso, permitiendo estudiar determinados segmentos de uno de estos, lo que le
servirá para demarcar las áreas en las que se presentan los mayores problemas.
§
Como medio para formular programas, pues
facilitan los medios para identificar las actuaciones con mayor éxito
potencial, o sea las actuaciones que deben gozar de prioridad en el desarrollo
del programa.
§
Como base para los presupuestos
ya que sirven de guía para que el gerente de calidad forme los presupuestos de
modo que los programas de control de calidad puedan llevarse a efecto. El
procedimiento permite asegurar presupuestos reales, así como la coronación de
metas de alta confiabilidad.
Schoroeder
[1992] plantea
que los costos de calidad son un arma en el área de calidad. Al asignar un
costo a la calidad, éste puede ser administrado y controlado como cualquier
otro costo. Dado que los gerentes hablan el lenguaje del dinero, el expresar la
calidad en términos contables ofrece un medio muy poderoso de comunicación y control.
Constituyen
una poderosa herramienta para mejorar la calidad cuando se utilizan en forma
apropiada, pues enfocan la atención en los desperdicios debido a las fallas
excesivas y altos costos de control. También proporciona una base cuantitativa
para monitorear el progreso de la reducción de los costos de la calidad al
nivel deseado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario