Muchas
veces se oye decir que la calidad no cuesta o que puede reportar grandes
beneficios, pero esto es una frase teórica siempre y cuando no se consiga
demostrarla en la propia empresa. Para probar que la calidad no cuesta, o que
cuesta poco o da muchos beneficios, o que puede darlos, hay que cuantificarlos.
Para ello se hace imprescindible implantar un sistema de medición de costos
totales de calidad lo que permite conocer los costos de los distintos productos
que produce la empresa y determinar el resultado de un período de tiempo. El
mismo depende de las características de la empresa, de los objetivos del
sistema y de la complejidad o sencillez que se desee.
Varios
autores, entre ellos Feigenbaum [1971]; Dale & Plunkett [1993],
plantean una secuencia de pasos que debe llevar un sistema de costos de
calidad, los cuales abarcan de forma general; desde la definición de cada una
de las categorías, mediante el análisis de obras sobre el cálculo de costos o
reunir una lista de los elementos de costos, de acuerdo con la experiencia de
su organización y la participación del personal encargado; hasta la forma de
presentar y analizar los resultados.
El
enfoque de Gryna [1993] es el siguiente:
1.
Presentar a la dirección cualquier
información fácilmente disponible para mostrar que los problemas de calidad son
potencialmente grandes. Esta información produce el máximo impacto si se
suministra en el lenguaje
del dinero.
2.
Recomendar que alguien de la dirección
presida un equipo especial para determinar los costos de calidad, incluyendo
personal de contabilidad
y de los principales departamentos en línea.
3.
Proponer una lista de costos de calidad que
puede ser preparada en un corto plazo de tiempo por el director de la calidad,
utilizando la bibliografía, datos de contabilidad y de otros departamentos de
la empresa.
4.
Recomendar que la alta dirección apruebe las
definiciones y asigne responsabilidades, con un programa
para la recogida de los datos.
5.
Recopilación de las cifras a través de dos
vías:
·
Mediante estimación. Es el enfoque práctico.
Requiere sólo un cierto esfuerzo y puede obtener, en pocos días o semanas,
suficientes costos relativos a la calidad como para preguntarse si hay o no una
buena oportunidad de reducción de costos y dónde está localizada.
·
Mediante ampliación del sistema contable. Es
un enfoque más elaborado, requiere de más esfuerzo y tiempo, siendo necesarios
meses e incluso años.
Presentación y análisis de los resultados.
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