Una vez clasificada cada acción según su ratio, en orden
descendente, hay que comprar la número 2, 3, 4 y 5. Saltarse la número 1 es una
medida profiláctica, pues la observación histórica nos dice que la acción que
tiene una gran RPD y está barata muy a menudo debe su estado a serios problemas
estructurales.
La lógica detrás de este método es simple, aunque
requiere un poco de atención por parte del lector. Hemos visto que hay una
correlación entre una alta RPD y un mejor comportamiento de la cotización.
Dividimos por la raíz cuadrada del precio porque si estudios académicos han
demostrado que la beta de una acción muestra una correlación inversa con el
precio, esa correlación es mucho más fuerte con la raíz cuadrada del precio.
Dado que beta es una medida de volatilidad, lo que estamos haciendo es
seleccionar aquellas acciones de entre las que tienen una alta RPD que se van a
mover más. Y como pensamos que la alta RPD predispone a las acciones que la
poseen a subir, el escoger las acciones que se van a mover más significa
escoger las acciones que, de media, van a subir más.
Este método hubiese logrado un retorno de un 25% durante
los últimos 25 años.
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