Cuatrecasas
[1999] plantea
que existen varios tipos de benchmarking: interno (utilizándose uno mismo como
base de partida para compararse con otros), competitivo (estudiando lo que la
competencia hace y cómo lo hace), fuera del sector (descubriendo formas más
creativas de hacer las cosas), funcional (comparando una función determinada
entre dos o más empresas) y de procesos de negocio (centrándose en la mejora de
los procesos críticos de negocio). Un proyecto
de benchmarking suele seguir las siguientes etapas:
- Preparación
(identificación del objeto de estudio y medición
propia).
- Descubrimiento
de hechos (investigación sobre las mejores prácticas).
- Desarrollo
de acciones (incorporación de las mejores prácticas a la operativa
propia).
- Monitorización
y recalibración.
Juran
& Gryna [1993, 1998] definen
el mejoramiento continuo como el logro de un nuevo nivel de rendimiento
superior al nivel anterior, esta superioridad se consigue con la aplicación del
concepto del salto adelante a los problemas de calidad. La mejora de la calidad
abarca tanto la mejora de la aptitud de uso, como la reducción del nivel de
defectos y errores. Ambas actividades se aplican a todos los consumidores
internos o externos. La mejora de la aptitud de uso puede proporcionar algunos
importantes beneficios:
·
Mejor calidad para los usuarios.
·
Mayor participación en el mercado para el
fabricante.
·
Sobreprecios para el fabricante.
·
Prestigio en el mercado para el fabricante.
Reduciendo
el nivel de defectos, también se pueden obtener múltiples ventajas:
·
Menores costos y menos disgustos para los
usuarios.
·
Costos más bajos para el fabricante.
·
Productividad mejorada, con los mismos
recursos se producen más productos utilizables.
Reducción de las existencias al aplicar el concepto
del Just-in-Time (JIT).
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