La
evolución más avanzada de los conceptos relacionados con la calidad conduce
inexorablemente a la denominada Gestión de la Calidad Total (CGT)
tal y como se entiende en la actualidad y que se corresponde con la definición
ampliamente implantada del TQM o Total Quality Control que constituye, la clave
del manejo de la empresa, una forma de gestionar orientada a obtener la Calidad Total de
todos los recursos organizativos, técnicos y sobre todo humanos. Engloba además
una serie de ideas como la gestión participativa, satisfacción de los clientes,
motivación, formación, mejora continua, etc.
Omachonu
& Ross [1995]
plantea que la
Administración de la Calidad Total (ACT) es la integración de todas
las funciones
y procesos de una organización, con el fin de lograr un mejoramiento continuo
de la calidad de los bienes y servicios que en ella se producen. El objetivo es
lograr la satisfacción del cliente.
Oña
[2002] en el
artículo Gerencia
Total de la Calidad
explica que es el tipo de actividad que apoya a una organización, y en la que
todos sus miembros operan con el interés de perfeccionar continuamente su
trabajo para lograr la satisfacción total de las necesidades de sus clientes.
Su objetivo central radica en obtener resultados con un alto nivel de calidad
en todos los aspectos del trabajo conjunto. Esto exige una organización más
flexible y una estructura menos jerárquica para responder rápidamente a los
cambios que se producen, tanto en el ambiente
como en las condiciones de trabajo en las que estas realizan su actividad.
Cuatrecasas
[1999] aborda
la Gestión de
la Calidad Total
como un esfuerzo de mejora continua de la calidad, de todos los procesos,
productos y servicios mediante la participación universal, que resulte en un
crecimiento de la satisfacción y la lealtad del cliente y una mejora de los
resultados de la empresa.
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