La distribución
comercial tiene sus orígenes desde que existe el hombre, pues cuando este
supera las necesidades básicas de supervivencia y se encuentra con que dispone
de un exceso de bienes, fruto de su trabajo comienza a relacionarse con otras
personas para intercambiar sus productos por otros, a esto se le conoce con el
nombre de trueque. Así se inicia el comercio que adquiere relevancia en la
antigüedad con los fenicios,
griegos, cartagineses y que toma gran auge durante el imperio romano,
siendo un comercio principalmente nómada. Los lugares donde se realizaban las
operaciones de compraventa eran las ferias y los mercados ambulantes.
Ya en la Edad Media
surgió el comercio sedentario, que se ubicó en las ciudades, adquiriendo los
comerciantes gran poder político y económico. Sin embargo a mediados del siglo
pasado la distribución comercial sufre una evolución
constante hasta llegar hasta la actualidad.
Desde los orígenes del comercio sedentario entre el
comprador y la mercancía se han interpuesto los siguientes obstáculos, el
mostrador, el vendedor y el almacén
que guardaba y ocultaba mercancía, pero con la aparición de los grandes almacenes
el comercio evoluciona, y permite que la mercancía salte el mostrador y se
acerque al comprador potencial.
La tendencia actual del comercio consiste en rodear el
acto de compra con estímulos y sensaciones agradables, introduciendo en los
espacios destinados a comercio otros locales de ocio, restauración y todo
aquello que convierta la compra en placer y diversión. El comercio actual,
tanto el grande como el pequeño, deben reconvertirse y adaptarse a las nuevas
necesidades del consumidor.
En la actualidad, la mayoría de los fabricantes no venden
sus productos directamente a los consumidores finales. Entre ellos y los
últimos destinatarios se encuentran intermediarios de marketing que realizan
diversidad de funciones, tienen distintas denominaciones y se les conoce con el
nombre de canal comercial o canal de distribución.
La venta
al por menor incluye todas las actividades relacionadas con la adquisición de
bienes o servicio directamente por los consumidores finales para su uso
personal, no relacionada con los negocios. Cualquier empresa que realice este
tipo de ventas sea fabricante, distribuidor o detallista esta llevando a cabo
ventas al por menor. No importa como se vendan los bienes o servicios ya sea
personalmente, por correo, por teléfono
o maquina distribuidora o donde sean vendidas (en un establecimiento, en la
calle o en casa del consumidor). Por otra parte, detallista es cualquier
empresa cuyo volumen
de venta proceda principalmente de la venta al detalle.
Existe una gran variedad de empresas de ventas al por
menor y aunque se han propuesto varias clasificaciones, para el propósito de
esta investigación se consideran las siguientes: los establecimientos
detallistas, los detallistas sin establecimientos y las organizaciones o
empresas detallistas.
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